Gracias a los adelantos en la medicina y sus tratamientos, es uno de los cánceres con mayor tasa de supervivencia, pero no podemos dejarlo todo a la suerte de lo que pasará, es un proceso en el que tenemos que implicarnos, ser sujetos activos para favorecer una mejor y óptima recuperación.
Podemos pensar que es “EL MARATÓN DE NUESTRA VIDA” y nos tenemos que preparar tanto física como psicológicamente.
Físicamente; desde el comienzo del proceso justo cuando lo diagnostican y salimos del shock, tenemos que fortalecer todo nuestro cuerpo, cuanto más fuertes estemos, en mejores condiciones llegaremos a la meta.
Desde el punto de vista de la fisioterapia y el ejercicio terapéutico, lo ideal sería realizar:
Antes de la cirugía o tratamiento:
Después de la cirugía:
Ejercicios de Fuerza
Ejercicios Postcirugía
Autodrenaje Linfático Sencillo
Nutre tu cuerpo en condiciones, ahora más que nunca necesita alimentos que aporten nutrientes y energía, no hagas caso si te dicen, puedes comer lo que quieras,… ¡No!
A continuación, os vamos a dar unas pautas generales sobre alimentación y consejos para que puedas incluir una dieta sana y equilibrada en tu rutina. ¡Vamos, a por ello!
2. Consume alimentos ricos en fibras tales como legumbres, verduras, hortalizas, granos enteros o frutas. Consumir estos alimentos de manera moderada es beneficioso para la salud. Así que de este grupo, ¡un poquito todos los días!
3. Elige alimentos que contengan grasas saludables: aceite de oliva, frutos secos, pescado azul, aguacate,..
4. Alterna los alimentos a lo largo de la semana: legumbres, pescados, huevos y carnes bajas en grasas. Intenta variar las comidas, te gustarán más y te ayudará a mejorar tu apetito.
5. Evita alimentos procesados, cuanto menos envase tengan, más sano es un alimento.
6. Mantén una correcta hidratación. El cuerpo necesita agua para funcionar bien, por eso intenta beber de 6 a 8 vasos de agua a diario.
7. Consume carnes grasas ocasionalmente. Nuestro organismo, para estar completamente bien, necesita de todos los nutrientes y alimentos. Por eso, de vez en cuando, permítete la ingesta de carnes grasas. ¡Busca aquellas que más te gusten y prepárate un plato especial!
8. Evita el consumo de alimentos con alto contenido en azúcares como bollería industrial, pastelería, refrescos y azúcares. Busca alternativas saludables o hechas en casa.
9. Modera o elimina el consumo de bebidas alcohólicas. Evitar los malos hábitos es una buena forma de mantener una alimentación saludable, pero también puedes optar por consumir de manera ocasional bebidas fermentadas de bajo contenido alcohólico como el vino, la cerveza, el cava o la sidra.
10. Practica ejercicio físico de forma habitual. Recuerda que combinar una buena alimentación con ejercicio físico diario es la mejor manera de mantener una rutina saludable.
Tenemos un equipo de profesionales, fisioterapeutas, psicólogas y grupos en los que podrás realizar ejercicios de fuerza y funcionales, adaptados a cada persona (al menos eso intentamos)
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Lo importante es que empieces a implicarte en tu curación desde el primer momento, tanto física como emocionalmente y así tu recuperación será mucho más rápida y los efectos secundarios serán más llevaderos.